viernes, 24 de julio de 2009

Etapa 6: Burgo Ranero-Puente de Villarente

Jornada triste la de hoy. Al partir del Burgo debemos despedirnos de Chema, nuestro valiente compañero irundarra. Pequeño gran hombre, apoyado sobre sus dos bastones siempre marcaba el paso bueno. De silencios atronadores y palabras siempre agradecida. BUEN CAMINO CHEMA.

El trayecto hacia puente de Villarente nos hace pasar por un interminable andadero pegado a la carretera. Paisaje plano y seco, solo la cercanía de León, alimenta nuestro ánimo. Este camino debe llevarnos hasta Mansilla de las Mulas, lugar establecido para hacer la parada técnica. Aquí empieza a parecerme un fuerte dolor en la pierna izquierda, la tendinitis sigue su avance, sin duda causado por el mal apoyo del pie los días previos debidos a las ampollas. En la parada del desayuno me desabrocho la parte superior de la bota y parece que algo mejoro.

En Mansilla de las Mulas intento sacer dinero y empiezan a aparecer los primeros nubarrones que de momento empañan el sol que alumbraba mi camino (toma frase). Resulta que las tarjetas por el calor han cogido holgura, y no entran en los cajeros (manda cojones). Me pongo en contacto con CCM del pueblo, y me dan la solución. Orfeo, Alfonso y Pep me esperan, llevan toda la jornada haciéndolo (hoy soy un peso muerto), pero les digo que continúen y al menos ellos se aseguren el albergue. Tras 1 hora de gestiones consigo el dinero y salgo pitando hacia Puente Villarente. Por delante 6 km, que cubro en poco más de 1 hora. Error garrafal el forzar tanto seguro que traerá sus consecuencias. Sin más novedad llego al albergue, aquí ya están mis compañeros duchaditos, esperándome para degustar una cerveza leonesa. Pronto comprobamos la fama de las tapas de León.

El albergue está bien, Ana una chica de Castellón, y Silke una chica austriaca también están aquí; y sobre todo nos acompañan nuestro entrañable matrimonio valenciano, Vicente y María. Sant Vincent, como lo bautizo Orfeo. Curiosa afición la de Orfeo de bautizar a la gente. A mí me ha apodado el Rey (El RE). El sí que es un monarca de los caminos, creo que ya conté que viene desde Milán; para ser exactos desde Borgonovo Val Tidone, entre los recuerdos del viaje quedaran las clases de español.

Con Vicente voy a iniciar el tráfico de semillas de tomate. El me proporcionara tomates valencianos y yo a él tomates morunos.

Una conversación con Tina, nuestra chica danesa sobre los libros de Carlos Ruiz Zafón y una opípara cena en compañía de Vicente, María, Orfeo, Alfonso, Pep y nuestra nueva compañera Elizabeta, una agradable chica italiana que habla perfectamente español., pone fin al día, nada me hace pensar que las cosas puedan empezar a torcerse, aunque como he dicho día a día. León espera mañana, que las vidrieras de su catedral den color a nuestro monocromo paisaje leones. Entramos en el Paramo.
BUEN CAMINO

No hay comentarios:

Publicar un comentario